Quizá llevas uno desde hace años. O a lo mejor estás pensando en hacerte un piercing en la lengua, en el labio o incluso en la mejilla. Y antes de tomar la decisión, debes saber que los piercings orales también tienen un impacto en tu salud bucodental.
Y no, no se trata de asustarte ni de convencerte para que te lo quites. Solo queremos darte información clara, realista y sin rodeos. Porque, si llevas uno (o estás a punto de hacerlo), cuidar tu boca será más importante que nunca.
¿Tienes dudas…?
Si prefieras hablar con un dentista, no te preocupes, estamos a tu disposición.
Riesgos asociados a los piercings en lengua, labios o mejillas
Los piercings orales pueden parecer inofensivos a simple vista. Son pequeños y forman parte de tu estilo. Pero lo cierto es que a veces no son tan inocentes como parecen. Porque cuando están dentro de la boca, todo cambia.
Irritación, infecciones, retracción de encías, fracturas dentales
El roce constante del pendiente con las encías o los dientes no es solo incómodo, sino que puede convertirse en una fuente continua de microtraumatismos. Pequeñas heridas que pasan desapercibidas… hasta que dejan de ser pequeñas.
Las infecciones también están a la orden del día, sobre todo si no se realiza una limpieza adecuada. Piensa que la boca es una de las zonas con más bacterias del cuerpo. Y si no se cuida bien el piercing, esas bacterias pueden causar más de un disgusto.
Otro de los riesgos más habituales es la retracción de encías, sobre todo con los piercings linguales. Lo que empieza como una simple molestia puede terminar dejando al descubierto la raíz del diente, provocando sensibilidad o incluso movilidad dental.
Y las fracturas dentales también son habituales por los piercings. Muchas personas no son conscientes de que juegan con el piercing o lo muerden de forma inconsciente. Con el tiempo, esto puede provocar fisuras en el esmalte, que no siempre se ven, pero se sienten.
A todo esto se suman alteraciones en el habla, acumulación de placa, halitosis, y una larga lista de efectos secundarios que a menudo se ignoran hasta que es tarde.
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Recomendaciones para cuidar tu salud bucal si llevas piercings
¿Significa todo esto que tienes que quitarte el piercing? No. Significa que, si decides llevarlo, tienes que comprometerte con su cuidado. Porque un piercing en la boca no es como uno en la oreja. Aquí, las normas cambian.
Higiene específica, revisiones frecuentes, materiales biocompatibles
- Cuida tu higiene bucal como nunca. Cepillarte bien los dientes ya no es suficiente. Necesitarás prestar especial atención a la zona donde está el piercing. Limpiar bien después de cada comida, usar enjuague bucal sin alcohol y asegurarte de que no quedan restos alrededor del pendiente.
- Súmate al equipo interdental. Cepillos interdentales, hilo dental, limpiadores linguales… serán tus mejores aliados para mantener la zona libre de placa y bacterias.
- Escoge bien el material. No todos los piercings son iguales. Los más recomendables son los que están fabricados con titanio o bioplástico, porque reducen el riesgo de alergias y son menos agresivos con dientes y encías.
- Evita gestos automáticos. Muchísimas personas juegan con el piercing sin darse cuenta. Lo giran, lo muerden, lo golpean con los dientes. Y eso, con el tiempo, pasa factura. Toma consciencia de ello y evita repetirlo.
- Revisiones, revisiones y más revisiones. Aunque no notes molestias, es clave acudir al dentista de forma regular. Así podremos detectar a tiempo cualquier señal de alarma y evitar que una pequeña irritación se convierta en un problema mayor.
En Clínica Ruiz Estrada llevamos muchos años cuidando sonrisas, con y sin piercings. Así que, si tienes dudas, estamos aquí para ayudarte. Solo queremos que tu boca esté tan sana como bonita.
Cuándo deberías quitarte un piercing por motivos de salud dental
Hay ocasiones en las que el piercing empieza a dar problemas. Y en esos casos, lo más sensato es tomar una decisión que proteja tu salud.
Señales de alarma y pautas profesionales
No se trata de quitarte el pendiente a la mínima. Pero sí de aprender a escuchar a tu cuerpo. Estas son algunas señales a las que hay que prestar atención:
- Encías que se retraen o sangran con frecuencia.
- Aumento de la sensibilidad dental.
- Pequeñas fracturas o esmalte dañado.
- Mal aliento persistente, incluso con buena higiene.
- Inflamación o dolor recurrente en la zona del piercing.
- Infecciones que se repiten.
¿Te suena alguna de estas situaciones? Si es así, no esperes más. Un diagnóstico a tiempo es importante para tu salud, y también para la estética de tu boca. A veces bastará con cambiar el tipo de piercing o mejorar tu rutina de higiene. Pero en otros casos, lo más recomendable será retirarlo temporal (o definitivamente) para proteger tu salud bucodental.
¿Llevas un piercing oral y quieres asegurarte de que todo va bien?
Te entendemos. Y por eso en Clínica Ruiz Estrada te ofrecemos un trato personalizado, sin juicios y con toda la confianza. Te ayudamos a prevenir riesgos, a cuidar tu salud dental y, si hace falta, te orientamos para tomar decisiones desde la tranquilidad.


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